Teatro Lalka en el Palacio de la Cultura y de la Ciencia
El teatro Lalka fue fundado en 1945 en Uzbekistán, donde fue conocido con el nombre de ”Teatro Almendras Azules de Samarkanda” (Teatr Niebieskie Migdały w Samarkandzie), se instaló después en Cracovia (1946-48) y desde el año 1948 hasta hoy, en Varsovia (en el Palacio de la Cultura y de la Ciencia desde 1955). La fundadora del teatro fue Janina Kilian-Stanisławska, una historiadora de arte, diseñadora, ilustradora, vinculada antes de la Segunda Guerra Mundial con las vanguardias de Lvov.
Decálogo, siete
La escena en la que la pequeña Ania (Katarzyna Piwowarczyk), una niña de seis años, está viendo un espectáculo infantil de títeres ofrece una verdad casi documental. Los niños del público asisten a un espectáculo real: la puesta en escena de la obra de Maria Kownacka, Sobre un dragón terrible, interpretada por actores del Teatro Lalka de Varsovia. Las reacciones espontáneas de la niña y de sus compañeros traen a la memoria una escena parecida de La doble vida de Verónica, película rodada por Kieślowski después del Decálogo.
La escena muestra una función de títeres en una escuela de Francia, los niños observan emocionados los hechos protagonizados por un actor con dos marionetas. En la obra de Kieślowski, algunos motivos de una película impregnan la siguiente, y así su creador quiere que los vivamos con la misma entrega con la que los niños que participan en el espectáculo del Decálogo, siete. Esta escena nos proporciona también una cierta clave para la interpretación: Ania corriendo por el escenario entre los títeres simboliza la dramática situación existencial de la niña, que es tratada por los adultos como una marioneta y sobre cuyo destino pueden decidir libremente. El motivo teatral nos recuerda también un hecho importante de la biografía del director. El teatro fue su gran pasión de juventud. Antes de ingresar en la escuela de cine, se graduó en el Instituto de Técnicas Teatrales de Varsovia. Entonces soñaba con ser director teatral. Su primer mediometraje de ficción, El personal (Personel, 1975), cuenta la historia de un joven sastre cosiendo trajes para una ópera.
Mikołaj Jazdon
VII mandamiento:
No robarás.
”El juicio de Salomón”
Kieślowski pone a prueba el sagrado derecho de la propiedad que parece defender este mandamiento tomando como ejemplo el caso más sagrado: la posesión de un niño. Es una situación común y realista: una adolescente se queda embarazada y su Madre le ayuda. En un principio parece una solución muy noble y práctica, pero en algún lugar acecha un error fatal… ¿Es un robo o es el ansia de poseer? En este caso no funcionaría ni siquiera el juicio bíblico de Salomón (sobre el reconocimiento de la maternidad), que se basaba en el siguiente axioma: la madre, por definición, pondría el bien del niño sobre la voluntad de poseerlo. ¿Pero qué pasa si la verdadera madre es una madre “desnaturalizada” y la “falsa” actúa de buen corazón? Entonces Salomón, en base al criterio establecido, no descubriría la verdad sobre la maternidad, pero dejaría al niño en buenas manos. ¡Sabio Salomón! Pero Kieślowski profundiza más: tanto la madre biológica, Majka, como su Madre biológica en el papel de la tutora de la pequeña Ania, entienden el bien de la niña cada una a su manera. Parece que la madurez de Majka le permite solo darse cuenta de la pérdida de la hija, su “propiedad”. Pero también ha perdido a su propia madre, ya que ésta, al “robarle” a la nieta Ania y convertirla en “su” hija, recompensa su antigua herida de haber perdido a su hija Majka (la “hijita del papá”). Kieślowski, como Salomón, enseña que la voluntad de poseer no debe dominar sobre el bien. La madre verdadera ”no roba” a su hijo para sí misma. En la interpretación del director este mandamiento sobre el respeto de la propiedad trata sobre la necesidad del altruismo, de pensar en el bien de los demás; “si alguien te pide un vestido, dale también un abrigo” – dice el Evangelio.
