Estación Central de Ferrocarriles
Situada en el centro de Varsovia, La Estación Central de Ferrocarriles es la principal estación de la ciudad y la más grande de Polonia. Inaugurada en 1975, pronto se convirtió en uno de los símbolos de la capital.
Decálogo, tres
Una estación de tren desierta en el centro de la capital de un gran país europeo, por cuyos andenes circula tranquilamente en un monopatín una mujer del personal ferroviario, es una imagen especial y extraña en la Nochebuena. El mundo parece haberse detenido y con él los trenes. La gente se ha refugiado en sus casas adornadas para la Navidad, al igual que la familia del protagonista de la película, Janusz (Daniel Olbrychski). Sin embargo, para personas solitarias, como Ewa (la otra protagonista del episodio, encarnada por Maria Pakulnis), esa tarde festiva es el momento más doloroso, cuando más se siente el abandono y el aislamiento. ”Es difícil estar sola una noche así”, dice, explicando a Janusz por qué ha usado sus artimañas para sacarle de casa. Este amargo cuento de Navidad está repleto de imágenes parecidas. La escena en la que un chico sale corriendo de un hospital, para ir a ver en la calle un árbol de Navidad decorado con luces de colores, es una escena que el coguionista de la serie presenció en la realidad y que luego fue reconstruida para la película. El personaje de la mujer que trabaja en la sala de monitores de la estación hace pensar en otro personaje, casi idéntico, del cortometraje documental La estación (Dworzec, 1980), de Krzysztof Kieślowski, que recoge muchas pequeñas observaciones del comportamiento humano, sobre todo de individuos hostiles hacia los demás.
Decálogo, nueve
Una corta escena de despedida entre la esposa y el esposo (Ewa Błaszczyk y Piotr Machalica) en la estación de ferrocarril nos hace recordar otros momentos parecidos en películas anteriores de Kieślowski: El aficionado (Amator) y El azar (Przypadek). Este drama de un triángulo amoroso también pudo haber tenido una versión cinematográfica (al igual que los episodios 5 y 6 del ciclo). Su título polaco hubiese sido probablemente Krótki film o zdradzaniu – Una película corta sobre el adulterio. Pero finalmente no se rodó esa versión larga. El episodio televisivo termina con una escena llena de esperanza que hace pensar que la crisis matrimonial de Roman y Hanka encontrará una solución feliz.
El marido, que ha sufrido un grave accidente de bicicleta, llama desde el hospital a su angustiada esposa. Ambos se alegran al escuchar sus voces a través del teléfono. En una de las primeras versiones del guión, la presentada a la Televisión Polaca en mayo de 1985 para la Propuesta de ciclos fílmicos, la película tiene otro final, más trágico: Roman, después de que su esposa saliera a esquiar, se suicida estrellándose con su coche contra una pared de hormigón.
El director de fotografía del Decálogo, nueve es Piotr Sobociński, que trabajó también en el Decálogo, tres. En cada uno de los episodios de la serie Kieślowski trabajaba con un director de fotografía diferente, éste era su planteamiento artístico desde el principio. Solo había trabajado con dos de ellos antes: con Sławomir Idziak (Decálogo, cinco) y Krzysztof Pakulski (Decálogo, cuatro).
Mikołaj Jazdon
IX mandamiento:
No desearás a la mujer de tu prójimo.
”El daño de los celos”
En el texto original de la Biblia los mandamientos IX y X se cierran, los dos, en una frase: «No codiciarás la casa de tu prójimo (…), ni la mujer de tu prójimo (…), ni nada que sea de tu prójimo» . El ”prójimo” al que se refiere el texto es la persona que quedaría despojada de todo lo que constituye su mundo: su cónyuge, su casa. Al contrario del mandamiento VII (”no robarás”), los mandamientos IX/X no tratan sobre la propiedad, sino sobre una relación que queda violada, a menudo irrevocablemente, por el deseo de un intruso. La tradición latina separó el daño de relaciones matrimoniales (mandamiento IX) de otros daños materiales (mandamiento X). Para mantener la cifra 10, la primera frase del Decálogo (”Yo soy el Señor tu Dios”) se convirtió en el título del listado de mandamientos.
El mandamiento IX - y con él, Kieślowski - desafía la posibilidad de una relación absoluta, especialmente en el caso del amor. Cada amor sufre la amenaza de un ”triángulo”. El tercero -en la película, el Estudiante- es libre, pero entra en el terreno de su prójimo. Lo hace de manera imprudente, porque no le preocupa nada, está enamorado y se siente querido. No sabe muy bien qué está infringiendo. Pero seguramente viola el mandamiento IX. Ella quiere salvar al Marido de los celos, e intenta, con firmeza, ”cerrar bien las puertas”, aunque sigue fiel a sus sentimientos hacia los dos hombres. No obstante, la infección ha comenzado. El Marido observa a una ”niña inocente” que juega en el patio de la barriada de hormigón cantando Duerme, pequeñita. Nos damos cuenta, junto con el Marido, de la impotencia de la niña (”el niño no puede nada, Señor, qué tristeza”, decía Juliusz Slowacki en su himno). En esta película incluso la mirada del Ángel expresa impotencia. Porque, como dice el Cantar de Salomón, ”el amor es fuerte como la muerte”, pero ”inflexibles como el Abismo son los celos”.